Hoy, en la Ciudad del Vaticano, los cardenales reunidos en cónclave han comenzado una jornada de oración y deliberación con el propósito de elegir al próximo sucesor de San Pedro. En un ambiente de recogimiento y reflexión, se ha elevado una súplica para que Dios envíe sobre ellos la luz del Espíritu Santo, guiando sus corazones hacia la elección que en este momento conviene a la Iglesia.
El proceso de votación se desarrolla en la Capilla Sixtina, donde los purpurados, en total comunión con el sentir de los fieles, buscan discernir con sabiduría y responsabilidad el futuro de la Iglesia universal. La jornada está marcada por el silencio y la meditación, encomendándose a la voluntad divina para que la decisión sea la que mejor responda a las necesidades del pueblo cristiano.
Los fieles de todo el mundo permanecen atentos y en oración, confiando en que el Espíritu Santo iluminará este proceso histórico para que el nuevo Pontífice sea elegido con prudencia y fidelidad al Evangelio. En las próximas horas, todas las miradas estarán puestas en la chimenea de la Capilla Sixtina, esperando el momento en que el humo blanco anuncie la elección del próximo Papa.
Que Dios bendiga a los cardenales en este tiempo de discernimiento y guíe su elección con sabiduría y amor por la Iglesia.