Síntesis histórica
Las más antiguas referencias que se conocen sobre el lugar donde se alzaría la primitiva iglesia datan del año 562, cuando al parecer es edificado por el rey godo Atanagildo un monasterio dedicado a San Cristóbal. Hay otros historiadores que mantienen la opinión de que aquel templo fue en su origen una mezquita musulmana, dedicada con posterioridad al cristianismo, al ser tomada la ciudad por Fernando III el Santo. Según la tradición, en este lugar se celebró la primera Misa tras la reconquista, mandando San Fernando consagrar la antigua mezquita, para poder celebrar allí la Santa Misa en los treinta días posteriores a la rendición de la ciudad, pues el monarca había pactado con los musulmanes no entrar en ella durante ese período de tiempo.
La presencia en Sevilla de los monjes benedictinos, provenientes del convento burgalés de Santo Domingo de Silos, se remonta al momento citado de la reconquista de la ciudad en 1248, aunque será en 1259 cuando la orden se establezca en la capital, pues en dicho año el rey Alfonso X concede mediante Privilegio a Don Rodrigo, abad de Santo Domingo de Silos unas tierras junto a la Puerta de Carmona, en la llamada Calzada de la Cruz, donde los religiosos alzarían su iglesia y convento.
A finales del siglo XVI comienza a edificarse el actual templo, bajo la dirección del afamado arquitecto Juan de Oviedo y de la Bandera, autor asimismo de su diseño, pasando con posterioridad a ser dirigida la obra por el maestro de albañilería y sobrino del arquitecto, Andrés de Oviedo, concluyéndose en el año 1612 con la inestimable ayuda económica de los marqueses de Tarifa.
La comunidad religiosa estuvo establecida en el monasterio hasta el año 1835 en que fueron exclaustrados y se puso en venta el mismo, si bien la iglesia continuó abierta al culto convirtiéndose en filial de la parroquia de San Roque.
En el año 1956, mediante decreto del Cardenal Arzobispo de Sevilla, Dr. D. José María Bueno Monreal, la iglesia es convertida en parroquia,
Fábrica exterior
La iglesia presenta su fachada principal, que se encuentra a los pies del templo, a la calle San Benito, mientras que la correspondiente al lateral de la nave de la Epístola asoma a la calle Luis Montoto; ambas contienen sendas portadas. El lado correspondiente a la nave del Evangelio lleva adosada la Casa de Hermandad de la Hermandad de penitencia, la cual se comunica interiormente con el templo. Por último, la fachada correspondiente a la zona del presbiterio y que aloja las dependencias parroquiales, asoma a la vecina residencia de ancianos de las Hermanitas de los Pobres.
La portada principal es adintelada, llevando sobre su cornisa una hornacina con un retablo cerámico en el que se representa a San Benito Abad. A ambos lados de la puerta se sitúan dos retablos cerámicos en los que se representan a los titulares cristíferos de la Hermandad penitencial.
La portada lateral está formada por un arco de medio punto enmarcado con dovelas y se decora con un altorrelieve con los símbolos del reino de Castilla y León y un arquitrabe decorado con cruces griegas y de la orden de Calatrava. Sobre éste se sitúa una hornacina que contiene un retablo cerámico con la efigie de Nuestra Señora de Valvanera.
La torre se erige a los pies de la nave de la Epístola y consta de un solo cuerpo y la zona de campanas. El primero es liso mientras que el segundo contiene vanos de medio punto en los cuatro frentes, sustentados por grupos de pilastras toscanas que sujetan la parte superior, donde se alza un chapitel ochavado que se decora con cerámicas, quedando rematado por una cruz de forja, situándose jarrones en las esquinas de la base.
Retablos cerámicos
San Benito
- Autor: Antonio Kiernam Flores
- Fecha de ejecución: 1950
- Dimensiones: Forma rectangular. Mide 0,80 x 1,65 metros aprox.
El situado en la fachada a la calle de San Benito que se encuentra a los pies del templo y cuenta con una portada adintelada con una hornacina en la parte superior en la que se sitúa un retablo de azulejería con la figura de San Benito Abad.
Virgen de Valvanera
- Autor: Antonio Kiernam Flores, que lo realizó en la cerámica de Santa Ana de Sevilla
- Fecha de ejecución: 1952
- Dimensiones: Forma rectangular. Mide 1,05 x 1,95 metros aprox.
En la fachada a la calle Luis Montoto se abre una puerta que fue realizada en el siglo XVIII. La parte superior está decorada con una cruz de Calatrava y otras cruces griegas y en su centro una hornacina donde se sitúa un retablo cerámico que representa a Nuestra Señora de Valvanera ante la que se encuentran postrados los anacoretas Domingo y Nuño.
En la parte inferior de la cerámica figura la siguiente leyenda: “Los Anacoretas Domingo y Nuño llegan al sitio señalado por el Ángel, hacen Oración al pie del roble, ábrese éste y semanifiesta Nuestª Señª de Balbanera. Cuyo hermosísimo simulacro hizº el Evangtª.Sn. Lucas y Consagró Sn. Pedro quien lo entregó a las Santas Vírgs. Sarra, Xantipe, Polixena y Rebeca y á los Sants. Onésimo y Gheroteo, discípulos de Sn. Pablo pª. q. la llevasen y colocasen (como lo hizieron) en el Valle Venario, en el año de 71, y en el de416, pr.Q. nofuese irreverdª.De los Godos, los hermitaños Arturo, y Lope, la escondieron en el hueco de un Roble, y hiciern, lomismo con un Cofrecito q. contª.Las pre. Reliqs. Q. llevo Sn. Atanasio Obispo de Alejandría”.
Estación del Viacrucis de la Pia Unión
- Autor: Pedro Navia Campos
- Fecha de ejecución: 1959
- Dimensiones: Forma rectangular. Mide 0,00 x 0,00 metros aprox.
También en la fachada de la calle Luis Montoto se encuentra un panel de azulejos que representa el encuentro de Jesús con la Verónica, que es la sexta estación del Vía-Crucis que iba a la Cruz del Campo desde la Casa de Pilatos. Representa las efigies titulares del segundo paso de la Hermandad del Valle.
Imágenes cristíferas de la Hermandad de penitencia
- Autor: Manuel Ruiz Hurtado, co-autor junto a su padre Manuel Ruiz Gil
- Fecha de ejecución: 2010
- Dimensiones: Forma rectangular. Miden 1,50 x 1,05 metros cada uno.
Situados en la fachada a la calle de San Benito a cada lado de la puerta principal estas dos obras guardan una misma estética, quedando las imagenes representada enmarcadas por una hornacina de traza barroca con columnas estriadas, situándose en su penacho superior el escudo de la Hermandad, mientras que en su parte inferior se muestra una cartela con la advocación del titular representado. Quedan además rodeados por un marco de fábrica, pintado en tonos ocres y que guarda consonancia con la decoración de la puerta de la iglesia.
Cada uno de ellos se iluminan mediante dos faroles de cerrajería situados a sus lados, realizados por Fundición Marvizón, rematados por jarras de azucenas ejecutadas en los talleres de Orfebrería Andaluza.
Descripción interior
Atravesando la puerta principal accedemos al interior a los pies de la nave central, sobre la que se abre el coro, que posee un hermoso órgano de tubos fechado en el siglo XIX. Desde este punto se despliegan las tres naves que forman la iglesia, siendo la central de mayor altura y longitud que las laterales, quedando rematada por una bóveda de medio cañón y sustentada por columnas toscanas pareadas unidas por arcos de medio punto. Sobre estos se sitúan ventanas con celosías a modo de tribunas, alternadas con frontones y yeseras.
El altar mayor, situado en la cabecera de la nave central de la parroquia, consta de antepresbiterio y presbiterio. En el primero se levanta la mesa de altar, mientras que a los lados se abren las dos capillas laterales (Sacramental y del Cristo de la Sangre). Se eleva levemente del resto de la nave mediante dos peldaños, quedando rematado por una bóveda de medio cañón decorada con yeseras y pinturas de santos pertenecientes a la orden benedictina, a saber: Santa Batilda, San Fructuoso, Santa Alfreda, San Sebo, Santa Ricarda, San Segismundo, Santa Curigunda y San Sigisberto, obra del pintor Domingo Martínez y el dorador y estofador Diego Gutiérrez en 1719.
Otros tres escalones nos llevan hasta el presbiterio, donde se sitúa el retablo mayor, de estilo neoclásico, que consta de banco de mármol, dos cuerpos divididos en tres calles y ático. Desde finales de 2003 presenta una policromía en tonalidad crema y rosácea, imitando esta última la textura del mármol existente, con las molduras y perfiles sobredorados. El banco está realizado en mármol de colores rosáceos y grises.
Actualmente en el centro del primer banco se sitúa el Sagrario, labrado en plata de ley por Fernando Marmolejo (1957). En él se plasma la visión apocalíptica de Juan en la que Jesús llama a la puerta: (Apocalipsis 3, 20)
Sobre esculturas y pinturas, tanto del Altar Mayor como de los altares que se encuentran en las naves del Evangelio y el de la Epístola, pueden encontrarla en la sección de Patrimonio.
Capilla Sacramental
Está dedicada a titulares de la Hermandad de penitencia del Martes Santo.
En su frontal se halla un retablo de estilo barroco, tallado en madera de pino de Flandes por Antonio Martín y dorado por Antonio Díaz en 1961. Lo preside la imagen del Señor en su Sagrada Presentación, de talla completa para vestir, con una altura de 1,82 m. realizada en madera de cedro por Antonio Castillo Lastrucci en 1928, flanqueada por las de Nuestra Señora de la Encarnación, dolorosa de candelero para vestir, de 1,62 m. de altura, realizada su cabeza en madera de pino y su cuerpo en cedro, atribuida recientemente al escultor de origen valenciano Blas Molner Zamora entre los años 1780 y 1793 y San Juan Evangelista, adquirido por la Hermandad al imaginero Antonio Castillo Lastrucci en el año 1959.
En el ático del retablo se encuentra una pintura al óleo sobre tabla en la que se representa al Santísimo Cristo de la Sangre, debida a Juan Antonio Blanco (2005).
Rodea la Capilla un zócalo de azulejos trianeros de la fábrica de Ramos Rejano pintados por Juan Oliver (1954-1961), entre los que destacan las escenas del Triunfo de la Eucaristía, reproduciendo los cuadros de Francisco de Herrera Hinestrosa, «El Mozo» de 1656 y que podemos apreciar en la Santa Iglesia Catedral de Sevilla y la Anunciación inspirado en el óleo sobre lienzo que hacia 1660 pintara Murillo y que se encuentra en el Museo del Prado de Madrid.
Es conocido que Juan Oliver tenía una forma muy curiosa de firmar sus obras. Siempre dibujaba un pequeño jilguero casi escondido. Si visitan esta capilla, no se olviden de localizarlo.
Fue bendecida por el Cardenal Bueno Monreal el 25 de junio de 1961.
Capilla del Santísimo Cristo de la Sangre
Presidida por el Santísimo Cristo de la Sangre, tallado en madera de pino de Flandes por el carmonense Francisco Buiza Fernández en 1966 con una altura de 1,80 m.
El retablo fue tallado entre 2005 y 2008 por los tallistas Hermanos Caballero. El dorado corresponde a los talleres de Manolo y Antonio (2010).
Dicho retablo está realizado en madera de cedro siguiendo un estilo barroco. Se compone de dos columnas mixtas antepuestas a otras dos pilastras en la trasera y que crean el espacio donde figura el Crucificado a manera de camarín. Se cubre este espacio con una cúpula y se remata con un penacho donde va colocado el escudo de la Hermandad sostenido por dos ángeles tallados por el escultor Juan Antonio Blanco.
El frontal del banco del altar se recubre por azulejos pintados por el ceramista Manuel Ruiz Gil destacando en su centro una cartela con el Cordero Pascual o Agnus Dei, siguiendo el lienzo que pintara Francisco de Zurbarán hacia 1635-40 y que se conserva en el Museo del Prado de Madrid. Este artista es autor igualmente del zócalo que rodea la capilla, con una altura total de dos metros, que presenta un diseño que guarda consonancia con el del magnífico zócalo que realizara Juan Oliver para la capilla Sacramental, siendo el acanto el principal motivo ornamental empleado, junto a multitud de elementos de corte floral, como las azucenas y frutal, como los racimos de uva, elemento éste eminentemente eucarístico, todo ello representado sobre un fondo de color azul que imita un tejido de brocado.
Como motivos centrales de los paños laterales se han representado las escenas de la institución de la Eucaristía (misterio relacionado simbólicamente con la Sangre de Cristo) que reproduce un detalle del lienzo pintado por Philippe de Champaigne en 1652 que se halla en el Museo del Louvre de París, y el regreso del hijo pródigo (pasaje relacionado con el perdón) que reproduce la obra pintada por Murillo en 1668 que se encuentra en la National Gallery of Art de Washington.
Por último, mencionar que junto al acceso lateral de la capilla se ha representado una cartela sostenida por dos querubines en la que aparece el escudo del cardenal de Sevilla Fray Carlos Amigo Vallejo (Hermano Mayor Honorario de la corporación) al ser bajo el mandato de este prelado cuando se realizó la reforma de la capilla.