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III Domingo de Cuaresma
marzo 23
Si no os convertís, todos pereceréis de la misma manera.(Lc 13, 1-9)
Moisés debe descalzarse ante Dios para responderle con decisión
y generosidad a quien es compasivo y misericordioso.
Reconocer su providencia es el primer paso para nuestra conversión.
Jesús aprovecha algunos sucesos trágicos recientes para
llamar a la conversión como actitud continua de vuelta a Dios.
Con la parábola de la higuera, en donde Jesús es el trabajador
de la viña y Dios padre es el dueño, el que puede cortar; Jesús
nos está narrando el amor y la paciencia de Dios, incluso en las
situaciones más desesperadas, y le deja al Padre el juicio.