
Solemnidad de Pentecostés
junio 8
El Espíritu Santo os lo enseñará todo. (Jn 14, 15-16. 23b-26)
El tiempo de Pascua culmina con el envío del Espíritu Santo que
viene sobre María y los apóstoles en el cenáculo, y de esta manera
la fiesta judía de Pentecostés se convierte en la fiesta de la
nueva alianza de Dios con su pueblo, no escrita en piedras sino
en los corazones por el Espíritu Santo. Fue una experiencia de
fuego y de viento, un fuego de amor y un viento de fortaleza y
misión. Los bautizados en Jesús formamos un solo cuerpo espiritual,
y sabemos que Jesús no nos deja solos, sino que nos envía
siempre el Espíritu Santo, fuente de paz y de alegría, en donde
podemos encontrar el perdón y la gracia.