
V Domingo de Pascua
mayo 18
Os doy un mandamiento nuevo: que os améis
unos a otros. (Jn 13, 31-33a. 34-35)
El amor de Dios manifestado en Jesús resucitado es la fuerza que
mueve a san Pablo y sus compañeros en aquella primera misión
de la Iglesia, y por este amor soportaron con perseverancia y
alegría todo tipo de pruebas y persecuciones, pues veían que era
Dios quien actuaba por medio de ellos. Este amor alimenta la
esperanza en un cielo y una tierra nueva en donde seremos también
nosotros resucitados. El Evangelio nos sitúa ante las palabras
de Jesús durante la última cena. Son su testamento, y miran
al futuro de los discípulos.