
VI Domingo de Pascua – Pascua del enfermo
mayo 25
El Espíritu Santo os irá recordando todo lo que os he dicho. (Jn 14, 23-29)
Sin Jesús y su Espíritu nada somos como Iglesia y nada podremos
decir. El edificio espiritual de la Iglesia se va construyendo poco
a poco gracias a la acción del Espíritu Santo que ayuda a buscar
siempre el bien común a través de una oración unánime, con un
mismo sentir. Admiramos en el Evangelio la delicadeza de Jesús.
Él va a su pasión y se preocupa de que el corazón de los discípulos
no se vea turbado y esté en paz. Él nos deja su paz como herencia,
una paz necesaria para que el Espíritu hable y recuerde.