
XVI Domingo del tiempo ordinario
julio 20
Marta lo recibió. María ha escogido la parte mejor. (Lc 10, 38-42)
La escucha de la Palabra está antes que cualquier otra actividad,
pues, si no escuchamos, el trabajo misionero se convierte en un
activismo nervioso, que quiere hacer muchas cosas, pero que no
se centra en lo importante. La oposición no está entre vida activa y
comprometida y vida contemplativa, sino entre escuchar y no escuchar.
No olvidemos que la gran novedad de esta escena es que una
mujer escucha a Jesús como discípula. Para Jesús el discipulado es
también para las mujeres, y este evangelista lo recuerda más veces.
María de Betania nos recuerda lo más importante que tenemos que
hacer cada día: escucharlo a él, si no, ¿qué vamos a decir?