
XXIV Domingo de la Exaltación de la Santa Cruz
septiembre 14
Tiene que ser elevado el Hijo del hombre. (Jn 3, 13-17)
La serpiente de bronce no tenía en sí misma ningún poder curativo,
era solo un signo de que Dios quería salvar a su pueblo. El
salmo nos invita a no olvidar que Dios siempre quiere salvarnos.
Y Jesús confiere un significado nuevo a este signo o estandarte al
asociarlo a su sacrificio en la cruz, cuando para ser como nosotros
se despojó de su condición divina y se hizo esclavo. Mirar la cruz
es mirar el amor de Dios al mundo, por eso el árbol vivificador
de la cruz será el signo de nuestra victoria con Jesucristo el Señor.